Hace algo más de un año que perdí el sentido de mi
vida y parece que poco ha poco lo estoy recuperando.
Fue muy, pero que muy duro levantarse una mañana en un lugar diferente, arrojada a lo desconocido pero a su vez un poco conocido. He echado de menos todos y cada uno de los momentos que vivía con
vosotr@s, desde
esas horas tan tempranas del día, hasta las
risas por
teléfono a las
tantas.
Parece que ha tenido que pasar
algo más de un año para poder asimilar que ya no nos veremos sino una o dos veces al año.
Supongo que es ahora cuando vuelvo a ser yo misma de nuevo; ahora que me rebelo de eso
hipócritas que me rodeaban y empiezo a encontrar a personas igual de
maravillosas.
He andado sin rumbo, con el
corazón roto y
escondido en lo más profundo de mi ser, aguantando las
lágrimas a todas horas para poder soltarlas todas juntas debajo de la
almohada.
Pero hoy el
sol brilla en mi
ventana y salto sobre los
charcos de ayer. Mi corazón vuelve a latir con normalidad, con todos vosotros en su interior, alegre de tener verdaderos amigos y sonriente por el
camino que queda por recorrer.
-Ejl-