El atardecer se cernía sobre la ciudad que se extendía bajo mis pies. Siempre me ha gustado verlo, es un espectáculo impresionante, pero hoy, aunque estoy mirando por mi ventana, solo hay una cosa que ocupa mi mente: TÚ.
¡Estoy contenta! Tú, me pones contenta.
Tus ojos, que no son ni verdes, ni azules, ni marrones, ni negros, ni tampoco dorados. Tus ojos, que solo se pueden describir como lo que son: unos preciosos ojos exóticos. Tus labios que se curvan en esa media sonrisa tuya que tanto me gusta. El gesto que haces para colocarte el pelo y hasta la forma en que coges el bolígrafo.
Todo tú, me encanta.
Me encanta las mariposas que siento en mi estómago cada vez que estas cerca; que se me pongan todos los pelos de punta cada vez que me tocas, sobre todo, cuando lo haces sin querer. Me encanta el imán que poseen tus ojos que siempre atraen los míos; que casi sin esfuerzo me arranques una gran sonrisa.
Si es que, cuando te veo por la mañana, creo que estoy soñando. ¡Mira que es casualidad que te cambiases a mi colegio, que estemos en la misma clase y que nos toque sentarnos juntos!
Y es que aunque yo no creo en el destino, estoy empezando a pensar, que esto ha debido de ser provocado.
¡A lo mejor fue el hechizo de nuestras miradas de la primera vez que nos vimos! :P
-Ejl-
No hay comentarios:
Publicar un comentario